El segundo entrenador rojiblanco mira hacia el futuro con la idea de ponerle las cosas difíciles a su amigo. «Acaba de empezar en el Sevilla, pero ha logrado lo que le faltaba al club en los últimos años: no recibir tantos goles y ser mucho más sólidos. Es uno de los rivales más complicados de la Liga», afirma, una característica que considera fruto del sello que imprime Marcelino a sus futbolistas. «Es una persona que intenta no dejar nada a la improvisación. Sus equipos son muy equilibrados y durante la semana se fijan mucho en lo que puede hacer el rival. Condiciona el trabajo a lo que se va a encontrar la próxima jornada, aparte de tener claro su estilo de juego», advierte el técnico vasco. Tejada también cita otra de las características que ha llevado a su ex compañero al éxito: «Es capaz de mejorar día a día».

El comenzaba a pasar uno de sus peores baches económicos en el verano del 2003 y buscaba un técnico modesto que permitiera soñar con acercarse a los puestos altos de Segunda División. El elegido fue Marcelino García Toral. «No fue una decisión tomada, como a veces se cuenta, a la ligera. La realidad es que había un gran entrenador en la casa y se apostó por ello», subraya Tejada. Los rojiblancos estuvieron buena parte del Campeonato en la zona de ascenso, pero los resultados se torcieron en la segunda vuelta, y acabaron finalizando quintos. «Lo más bonito fue volver a ver El Molinón volcado con el equipo, pero, cuando tienes el objetivo tan cerca, te quedas con cierto mal sabor de boca», afirma Tejada sobre aquella experiencia.